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Algunos prospectos quizás acaben tirando mi tarjeta de visita. Otros quizás nunca lleguen a ponerse en contacto conmigo.
Sin embargo, como director comercial, todas esas veces que un cliente potencial me acaba llamando o interesándose por mis servicios hacen que mi tarjeta valga la pena. Pero para que eso ocurra hay que pensar en un diseño efectivo y planificar la información que vamos a incluir. A continuación te daré un par de consejos para que tu tarjeta de visita despunte entre las demás y cause una buena impresión.
No es tanto lo que se dice, sino cómo se dice. Por eso, el tipo de letra es tan importante como los datos que contendrá tu tarjeta comercial. Para promocionar una imagen limpia, estable y profesional, siempre opto por una tipografía como la de Serif o Sans. Es tentador probar tipografías divertidas que llaman la atención, pero deberías centrarte en las que encajan con la imagen de tu empresa.
En cuanto a la información, si incluyes demasiada no te hace parecer competente o profesional. En mi tarjeta sale mi nombre, cargo, correo electrónico y teléfono y están agrupados para que el lector encuentre la información que necesite a simple vista. Puedes darle un toque de humor describiendo tu puesto como ‘crack de las ventas’ en vez de ‘vendedor’, por ejemplo. ‘Agente comercial’, ‘director de marketing’, ‘CEO’,… son los nombres genéricos y a los que todos estamos acostumbrados. Se astuto y describe tu puesto con un nombre ameno,que se entienda y que te diferencie. Detalles como este te hacen parecer más amigable, único, ¡y harán que tus contactos se acuerden de ti!
Mi tarjeta de visita también tiene un call to action. Un enlace que mis prospectos pueden seguir si desean saber más sobre mí o mi empresa. Esta llamada de atención puede dirigirles al apartado ‘sobre mí’ de mi página web, o a un apartado ideado especialmente para ellos: les recuerdo quien soy, que hacemos en mi empresa y cómo puedo ayudarles. Entonces les animo a que se suscriban a nuestra Newsletter. Un follow-up call será crucial después de presentarte en un evento de networking y causar una buena impresión para que tu prospecto se decida a ponerse en contacto contigo.
Al diseñar mi tarjeta tuve claro que quería que fuera más que una tarjeta de visita. Quería que llamara la atención y que no fuera una más entre las 100 tarjetas arrugadas en la cartera de un posible cliente. De modo que se me ocurrió convertirla en un lápiz USB. Así que otro de mis consejos para que tu tarjeta comercial no se acabe tirando es: dale valor y conviértela en algo más que un trozo de papel. Un lápiz USB, un punto de libro… en algo relacionado con tu industria. Mi tarjeta dejó de ser una tarjeta comercial y se convirtió en un Pen Drive con mis datos impresos en él que siempre va bien tener para guardar y llevar archivos siempre contigo. ¡A mis clientes les encanta!
Uno de los consejos más valiosos que te puedo dar es que repartas no una, sino 2 (!) tarjetas comerciales a prospectos. De esta manera la persona a quien le has entregado una puede dársela a alguien que quizás también se pueda beneficiar de tu servicio. ¡El boca oreja nunca fue tan fácil!
Por último, recuerda que tu tarjeta de visita es una extensión a tu empresa. Así que además de estos consejos que te he dado para que tu tarjeta destaque entre las demás hay que tener en mente los detalles básicos como un diseño limpio y acorde a la imagen de tu empresa así como una calidad excelente de impresión. No hundas lo que tanto cuesta ganar, tu reputación, por ahorrar en algo tan imprescindible como la calidad.
¿Hay alguna tarjeta de visita que te hayan repartido y que te haya llamado la atención?